ANTE UNA DECEPCIÓN FUERTE
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Cuando
sufres una fuerte decepción piensas que no podrás sobrellevarla;
no comes, no duermes, sientes que se destrozan tus nervios y crees que tu mundo se derrumbó.
De
pronto, se te ocurre acudir a soluciones artificiales que, en vez de arreglar
las cosas, empeoran tu estado nervioso.
Si quieres mejorar, lo primero que debes hacer es negarte a pensar en tu desgracia y comenzar a elaborar una lista de tus necesidades naturales y sobrenaturales, para empezar a entenderlas. No te quedes mirando las ruinas. Limpia tu campo para que comiences una nueva construcción, más firme y más hermosa. Virtud es fortaleza Ser bueno es: es ser firme en la justicia.
Tiberio López Fernández
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