QUE SUCEDIO UN DIA COMO HOY 9 DE DICIEMBRE EN NUESTRA HISTORIA

  • Día del Ejército del Perú.
  • Día del Ejército del Perú
    Redacción : datapeople 09/12/10 Imprimir Correo electrónico
    Trujillo, Dic. 09 (EP).- Celebran el centésimo octogésimo sexto aniversario de la Batalla de Ayacucho y Día del Ejército del Perú con autoridades civiles y militares.
    La 32a Brigada de Infantería realizó la ceremonia por el 186º aniversario de la Batalla de Ayacucho y Día del Ejército del Perú, con la participación de autoridades civiles y militares de la ciudad de Trujillo, así como el personal de oficiales, técnicos, suboficiales y empleados civiles de la 32a Brigada de Infantería.
    El programa de actividades de celebración por el centésimo octogésimo sexto aniversario de la Batalla de Ayacucho y Día del Ejército del Perú, fueron las siguientes:
    - Misa Te Deum, en la Iglesia de la Merced.
    - Ceremonia de izamiento del Pabellón Nacional, en la Plaza de Armas.
    - Desfile de honor de las UU y PPUU de la 32a Brigada de Infantería, en la Plaza de Armas.
    - Sesión Solemne, en el Palacio Municipal de Trujillo.
    La Misa TE DEUM se realizó en la Iglesia de la Merced, donde se distinguió la presencia de autoridades civiles y militares, personal de oficiales, técnicos, suboficiales y empleados civiles y resaltó la fe católica de las instituciones de la localidad.
    Al término de la Misa TE DEUM las autoridades y personal militar y civil asistente se dirigieron a la Plaza de Armas, donde se desarrolló la ceremonia de izamiento del Pabellón Nacional.
    En la Plaza de Armas de Trujillo, la ceremonia estuvo presidida por el General de Brigada Aldo Dodero Ortiz de Zevallos, Comandante General de la 32a Brigada de Infantería y Comandante de Armas de la Guarnición de Trujillo, acompañado de su Estado Mayor, así como del Crl. EP Director del Colegio Militar “Ramón Castilla”, a quien el Tte. Crl. Jefe de Línea y su Estado Mayor rindieron los honores correspondientes

    El izamiento del Pabellón Nacional, estuvo a cargo del Gral. Brig. Aldo Dodero Ortiz de Zevallos, Cmdte. Gral. de la 32a Brigada de Infantería acompañado de los señores coroneles miembros de su Estado Mayor así como del Crl. EP don José Abel Enmanuel Grados, Director del Colegio Militar ”GM Ramón Castilla”.
    El Izamiento de la Bandera de la Ciudad de Trujillo, estuvo a cargo de las siguientes autoridades:
    - Tte Crl “R” EP Luis Yika García, Presidente de la Asociación de Oficiales en Situación de Retiro de la Ciudad de Trujillo.
    - Sr. Crl PNP, representante del Gral. PNP Director de la III DIRTEPOL y el
    - Sr. Cap. Fragata AP Juan Tafur Velit, Capitán del Puerto de Salaverry.
    Asimismo se realizó un minuto de silencio con el toque de corneta, como justo homenaje en honor a los hombres que lucharon en nombre de la paz y libertad de nuestro querido Perú, quienes ofrendaron sus vidas.
    En el desfile también participaron instituciones como son: ex combatientes de la Campaña Militar de 1941, ex combatientes defensores de la Patria de 1981 y la Institución Educativa “Santa Rosa”, seguido de las UU y PPUU de la 32a Brigada de Infantería, Batallón de Cadetes del Colegio Militar “GM Ramón Castilla” Escolta de la AP y Policía Nacional del Perú, quienes desfilaron con porte gallardo y decidido a su paso por el Estrado Oficial.
    Al término del desfile las autoridades civiles y militares se dirigieron hacia el palacio municipal, donde se realizaría la Sesión Solemne.
    En el Palacio Municipal la Srta. Lic. Mg. Gloria Montenegro Figueroa, Regidora de la Municipalidad de Trujillo en representación del Sr. Ing. César Acuña Peralta, Alcalde Provincial de la Ciudad de Trujillo, recibió a las autoridades civiles y militares para ofrecer la Sesión Solemne en conmemoración al 186º aniversario de la Batalla de Ayacucho y Día del Ejército del Perú, donde se recordó la gesta heroica del soldado peruano pese a la condiciones de su vestimenta y equipo.
    El Mg. Ángel de la Cruz Torres, Director del Departamento de Historia y Geografía de la Universidad Nacional de Trujillo, recordó así la Batalla de Ayacucho, y dio lectura a un manuscrito de un oficial donde narraba los acontecimientos que se sucedieron durante la batalla:
    La Batalla de Ayacucho fue el último gran enfrentamiento dentro de las campañas terrestres de las guerras de independencia hispanoamericanas (1809-1826) y significa el final definitivo del dominio colonial español en América del Sur. La batalla se desarrolló en la Pampa de Quinua o Ayacucho, Perú, el 9 de diciembre de 1824. La victoria de los independentistas supone la desaparición del contingente militar realista más importante que seguía en pie; sellando la independencia del Perú con una capitulación militar que puso fin al virreinato del Perú. La independencia del Perú fue finalmente reconocida por España mediante un tratado firmado en París el 14 de agosto de 1879.
    Batalla que ganó un ejército constituido por hombres de distintas nacionalidades pero con un ideal en común; la lucha por la libertad y la igualdad entre los hombres.
    Con tal motivo es que este jueves 9 de diciembre recordamos el 186º aniversario de la Batalla de Ayacucho, además también se celebra “El Día del Ejército del Perú” que fue instaurado en el gobierno del presidente Augusto B. Leguía mediante resolución suprema del 18 de setiembre de 1928.
    Las actividades de celebración conmemorando el 186º aniversario de la Batalla de Ayacucho y Día del Ejército del Perú, concluyó con el tradicional brindis de honor entre autoridades, civiles, militares, oficiales, técnicos y suboficiales del Ejército del Perú.






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  • Día Internacional contra la Corrupción.
  • Día de homenaje a las víctimas de la violencia terrorista.
  • 1568.- Por Real Cédula se le otorga a Lima el título de "La muy noble y muy leal Ciudad de los Reyes"
  • .
  • 1579.- Nace en Lima, San Martín de Porres. Fraile dominico mulato, autor de innumerables milagros, fue canonizado sólo 400 años después de su muerte, se le conoce como "El Santo de la Escoba".
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    San Martín de Porres O.P.
    San Martin de Porres huaycan.jpg
    Verdadera imagen de Fray Martín de Porres, pintura del Monasterio de Santa Rosa de las Monjas de Lima.
    NombreMartín de Porras Velázquez
    Nacimiento9 de diciembre de 1579
    Lima, Flag of Cross of Burgundy.svg Virreinato del Perú
    Fallecimiento3 de noviembre de 1639 (59 años)
    Lima, Flag of Cross of Burgundy.svg Virreinato del Perú
    Venerado enIglesia Católica e Iglesia anglicana
    Beatificación1837
    por el papa Gregorio XVI
    Canonización6 de mayo de 1962
    por el papa Juan XXIII
    Principal SantuarioConvento de Santo Domingo - Lima, Perú
    Festividad3 de noviembre
    AtributosEscoba
    PatronazgoPatrón Universal de la Paz
    San Martín de Porres Velázquez (* Lima, 9 de diciembre de 1579 – † 3 de noviembre de 1639) es un santo del Virreinato del Perú de la orden de los dominicos. Fue el primer santo negro de América y es patrón universal de la paz. Conocido también como "el Santo de la escoba" por ser representado con una escoba en la mano como símbolo de su humildad.
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  • 1824.- Batalla de Ayacucho, con el triunfo de Antonio José de Sucre sobre las fuerzas realistas se pone fin a la dominación española en el Perú y en América del Sur.
  • La Batalla de Ayacucho fue el último gran enfrentamiento dentro de las campañas terrestres de las guerras de independencia hispanoamericanas (1809-1826) y significó el final definitivo del dominio colonial español en América del sur. La batalla se desarrolló en la Pampa de Quinua o Ayacucho,[22] Perú, el 9 de diciembre de 1824.
    La victoria de los independentistas supuso la desaparición del contingente militar realista más importante que seguía en pie, sellando la independencia del Perú con una capitulación militar que puso fin al Virreinato del Perú. No obstante, España no renunció formalmente a la soberanía de sus posesiones continentales americanas hasta 1836. El tratado de paz, amistad y reconocimiento con el Perú fue firmado el 14 de agosto de 1879 en París.
  • En el año 1820 España entró en una debacle política por la sujeción del rey Fernando VII, y la restauración de la Constitución Liberal, apoyada por el general Rafael de Riego, quien sublevó la expedición de 20.000 soldados destinados al Río de la Plata para auxiliar a los realistas de América. Esto acabó para siempre con las expediciones de refuerzos de España, que desde entonces no se aprestaron para ningún lugar de América, y motivó que los dos grandes virreinatos, del Perú y de Nueva España, que hasta el momento habían contenido el avance de la revolución hispanoamericana tomasen caminos opuestos.
    Mientras en México los monárquicos afianzados tras destruir a los insurgentes, concluyen su separación de la España Liberal mediante el Plan de Iguala, los Tratados de Córdoba y el pacto trigarante. En el Perú, por el contrario, el virrey Pezuela estaba desacreditado por la derrota de la expedición de Mariano Osorio en Chile y debilitado por la expedición a Lima de José de San Martín. El virrey absolutista fue derrocado finalmente por el general José de la Serna el 29 de enero de 1821 en el golpe militar de Aznapuquio, quien proclamó entonces su adhesión a la Constitución liberal española.
    Los independentistas comenzaron en Cerro de Pasco una prometedora campaña para derrotar al Ejército Real del Perú mandado por el virrey La Serna. Pero los realistas, bajo una sólida subordinación militar, destruyeron sucesivos ejércitos independientes. El primero en la Batalla de Ica, comandado por los patriotas Domingo Tristán y Agustín Gamarra. Un año después en las campañas de Torata y Moquegua aniquilaron la Expedición Libertadora dirigida por Rudecindo Alvarado, retirado José de San Martín tras la Entrevista de Guayaquil. El año 1823 terminaba con la inesperada destrucción de otro ejército patriota comandado por Andrés de Santa Cruz y Agustín Gamarra, en otra campaña abierta sobre Puno, que comenzó con la batalla de Zepita, que ocupó la ciudad de La Paz el 8 de agosto, consiguiendo llegar a Oruro en el Alto Perú. El virrey La Serna terminó la campaña de Zepita desbandando las tropas aisladas de Santa Cruz y recuperando Arequipa tras batir a Antonio José de Sucre, quien reembarcó a los colombianos el 10 de octubre de 1823, salvándose con sus tropas pero perdiendo la mejor parte de su caballería.
    Finalmente, lo que restaba de optimismo se apagaba por las acusaciones de traición contra los presidentes peruanos José de la Riva Agüero y José Bernardo de Tagle. Riva Agüero deportó diputados del Congreso del Perú y organizó un congreso paralelo en Trujillo, y luego de ser declarado reo de alta traición por el Congreso del Perú[23] fue desterrado a Chile. En cambio Torre Tagle buscaba firmar una paz sin batallas con el virrey La Serna, por lo cual fue a entrevistarse con los realistas. Este acto fue considerado por Simón Bolívar como traición. Tagle dispuso que todas las fuerzas a su mando apoyaran a Bolívar para hacer frente al enemigo, mientras éste buscaba capturarlo para fusilarlo.[24] José Bernardo de Tagle encontró refugio con los realistas en la asediada fortaleza del Callao.
    Fue así que al culminar el año de 1823, a pesar de sus contundentes triunfos realistas en los anteriores hechos de armas y mientras el recién llegado Bolívar escribía solicitando refuerzos de Colombia, y preparaba activamente la que sería la campaña final contra el Ejército Real del Perú, la situación empezaba a tornarse crítica para los sostenedores de la causa del rey:
    "..El virrey la Serna por su parte, sin comunicaciones directas con la Península, con las más melancólicas noticias del estado de la metrópoli... y reducido por lo tanto a sus propios y exclusivos recursos pero confiando notablemente en la decisión, en la unión, en la lealtad y en la fortuna de sus subordinados, aceleraba también la reorganización de sus tropas y se aprestaba a la lucha que miraba próxima con el coloso de Costa-firme. Un triunfo más para las armas españolas en aquella situación, haría ondear de nuevo el pabellón castellano con inmarcesible gloria hasta el mismo Ecuador; pero otra suerte muy distinta estaba ya irrevocablemente escrita en los libros del destino. .."
    Gnrl. Andrés García Camba.[25]

    [editar] Los sucesos de 1824

    [editar] Tregua en Buenos Aires y motín en el Callao

    El historiador Rufino Blanco Fombona dice que "Todavía en 1824 Bernardino Rivadavia pacta con los españoles, estorbando así la campaña de Ayacucho":[26] el 4 de julio de 1823, Buenos Aires concluyó una tregua con los comisionados españoles (Convención Preliminar de Paz (1823)) que le obligaba a mandar negociadores a los demás gobiernos sudamericanos para que pueda tener efecto la misma.[27] Se estipulaba que las hostilidades cesarían 60 días después de su ratificación y subsistiría durante un año y medio, mientras se negociaría un tratado definitivo de paz y amistad. Con este motivo se reunieron en la ciudad de Salta Juan Gregorio de Las Heras con el brigadier Baldomero Espartero, sin alcanzar acuerdo alguno. Entre otras medidas tomadas por el virrey para contener su inminente rebelión, el 10 de enero de 1824 se le ordenó a Olañeta:
    Advierto a V.E. que no debe disponer ninguna expedición en dirección alguna sobre las provincias de abajo sin expresa orden mía pues además de que en Salta están reunidos para tratar de negociar, el General Las Heras por parte del Gobierno de Buenos Aires y el Brigadier Espartero por la de este superior Gobierno (...)[28]
    Rivadavia creía que el proyecto establecería la paz y paralizó el esfuerzo de las autoridades de Salta sobre el Alto Perú, negando auxilios y retirando los puestos avanzados,[29] dañando la causa del Perú.
    Al respecto, el historiador y militar de origen irlandés Daniel Florencio O'Leary opinó que con esa tregua "Buenos Aires se ha retirado implícitamente de la contienda",[30] y que "el Gobierno de Buenos Aires pacta con los españoles, con perjuicio de la causa americana".[31]
    El 1 de enero de 1824 Bolívar cayó gravemente enfermo en Pativilca. En esas fechas llegó a Lima Félix Álzaga, ministro plenipotenciario de las Provincias Unidas del Río de la Plata para solicitar al Perú su adhesión a la tregua y que fue rechazada por el Congreso Peruano. Pero asimismo desde el 4 de febrero de 1824 se sublevó el acuartelamiento del Callao compuesto por el total de la infantería argentina de la Expedición Libertadora, junto con algunos chilenos, peruanos y colombianos: cerca de 2000 hombres, que además se pasaron a los realistas,[32] enarbolando el pabellón español y entregando las fortalezas del Callao. El regimiento de granaderos a caballo de los Andes también se amotinó en Lurín el 14 de febrero, dos escuadrones se dirigieron al Callao para unirse a sublevados, pero al saber que se habían pasado a los realistas, un centenar de ellos con los jefes del regimiento se dirigieron a Lima para unirse a Bolívar. El cuerpo fue luego reorganizado por el general Mariano Necochea.
    Ante tales sucesos,[33] el ministro de Colombia, Joaquín Mosquera, «temiendo la ruina de nuestro ejército» preguntó:«¿Y qué piensa Ud. hacer ahora?», a lo que Bolívar, con tono decidido, le respondió:
    ¡Triunfar!
    Simón Bolívar, Pativilca, 1824.
    El Sitio de El Callao prolongó la guerra hasta 1826, además inmediatamente desembocó en la ocupación de Lima por Canterac, y se afirma que en mayo de 1824 con una acción militar contra Bolívar "habrían dado el último golpe a la independencia de esta parte de América".[34]

    [editar] Rebelión de Olañeta

    Sorpresivamente, al comenzar el año 1824, todo el ejército realista del Alto Perú se sublevó junto al caudillo absolutista español Pedro Antonio Olañeta contra el Virrey del Perú, tras saberse que en España había caído el gobierno Constitucional. Efectivamente, el monarca Fernando VII de España y sus partidarios absolutistas, recuperaban el gobierno apoyados por 132.000 soldados franceses del ejército de la Santa Alianza, que ocupará España hasta 1830. Rafael del Riego moría ahorcado el 7 de noviembre de 1823 y los propulsores del movimiento liberal fueron ajusticiados, marginados o exiliados de España. El 1 de octubre de 1823 el monarca decretaba la abolición de todo lo aprobado durante los tres años de gobierno constitucional, lo que anulaba el nombramiento de La Serna como Virrey del Perú. El alcance de la purga sobre los constitucionales de Virreinato del Perú parecía infalible.
    Olañeta ordena el ataque de los realistas altoperuanos contra los constitucionales del virreinato peruano.[35] La Serna cambió sus planes de bajar a la costa para batir a Bolívar, y mandó a Jerónimo Valdés con una fuerza de 5000 veteranos a cruzar el río Desaguadero, lo que se llevó a cabo el 22 de enero de 1824, para dirigirlo a Potosí contra su antiguo subordinado, "pues hay indicios que lo dirige una meditada traición, uniéndose a los disidentes de Buenos aires". Las Memorias para la historia de las armas españolas en el Perú del oficial peninsular Andrés García Camba (1846) detallan el trastorno que los sucesos del Alto Perú produjeron en los cálculos defensivos del virrey. Tras una prolongada campaña en las batallas de Tarabuquillo, Sala, Cotagaita, y finalmente la Lava el día 17 de agosto de 1824, ambas fuerzas realistas, del Virreinato del Perú (liberales) y de las provincias del Alto Perú (absolutistas), se diezmaron mutuamente.
    Bolívar, en comunicación con Olañeta, aprovechó el desmontaje del aparato defensivo realista para "movernos en todo el mes de mayo contra Jauja", y enfrentarse a José de Canterac aislado en Junín el 6 de agosto de 1824. Dio comienzo entonces una incesante persecución con la consecuente deserción de 2.700 realistas, que seguidamente engrosaban las filas independientes. Finalmente el 7 de octubre de 1824, con sus tropas a las puertas del Cuzco, Bolívar entregó al general Sucre el mando del nuevo frente de batalla, que recorría el curso del río Apurímac, y se retiró a Lima para tomar de la capital más empréstitos para sostener la guerra en el Perú, y recibir una división colombiana de 4.000 hombres despachada por Páez que no llegaría sino después de Ayacucho.[36]

    [editar] La Campaña de Ayacucho

    La desintegración del cuerpo de observación de Canterac obligó a La Serna a llevar desde Potosí a Jerónimo Valdés, quien acudió a marchas forzadas con sus soldados. Reunidos los generales realistas, y a pesar de las muestras de sincera adhesión del Cusco, el virrey descartó un asalto directo por la falta de instrucción de sus milicias, aumentadas mediante reclutas masivas de campesinos unas semanas antes. Por el contrario intentó cortar la retaguardia de Sucre a través de maniobras de marchas y contramarchas, que se sucedieron desde el Cusco hasta el encuentro en Ayacucho, a lo largo de la cordillera andina. De esta forma, los realistas buscaron un golpe de mano que obtuvieron el 3 de diciembre en la batalla de Corpahuaico o Matará, donde a costa de tan solo 30 hombres ocasionaron al ejército libertador más de 500 bajas y la perdida de buena parte del parque y la artillería. Pero Sucre y su estado mayor lograron mantener la organización de la tropa e impidieron al virrey explotar ese éxito local. Aún a costa de sensibles pérdidas en hombres y material Sucre mantuvo al Ejército Unido en repliegue ordenado, y siempre situado en posiciones aseguradas, de difícil acceso como el campo de Quinoa.
    Otro libro de memorias, In the service of the Republic of Peru del general Guillermo Miller, ofrece la visión de los independentistas. Además del talento de Bolívar y el de Sucre, el Ejército Unido se nutrió de buena parte de la experiencia militar del siglo: el batallón Rifles del ejército de Colombia, se encontraba compuesto de tropas mercenarias europeas, que en su mayoría eran voluntarios británicos. Esta unidad sufrió considerables bajas en Corpahuico. También se encontraban entre sus filas veteranos de la Independencia española, norteamericana, y Guerras de Independencia Hispanoamericana hasta casos como el mayor de origen alemán Carlos Sowersby, veterano de la batalla de Borodino contra Napoleón Bonaparte en Rusia.
    Los realistas habían consumido sus recursos en una guerra de movimientos sin haber logrado obtener una victoria decisiva sobre el ejército libertador. Por la extrema dureza de las condiciones de una campaña en la cordillera andina, ambos ejércitos quedaron con el número de sus tropas seriamente reducidas por enfermedad y deserción, que afectó en el mismo grado a los independientes, y que igualmente se focalizó en milicias carentes de instrucción militar o la recluta formada de prisioneros enemigos. Los jefes realistas habíanse posicionado en las alturas del cerro Condorcunca (en quechua: cuello de condor), una buena posición defensiva que no podían sostener dado que en menos de cinco días se verían obligados a retirarse por la hambruna de la tropa, lo que equivalía a la dispersión de su ejército y una segura derrota por la próxima llegada de refuerzos de Colombia, motivo por el cual se vieron impulsados a tomar una decisión desesperada: la batalla de Ayacucho daba comienzo.

    [editar] Orden de batalla

    Existe un debate en torno a las cifras de combatientes ya que la cifra de realistas del parte de batalla de Sucre se tomó en realidad del listado militar español capturado con el número de hombres al salir del Cuzco. Pero hay que tener presente que unos y otros comenzaron la campaña con un estado inicial de fuerza de ejércitos (8500 independientes vs. 9310 realistas) que disminuyeron su número en las semanas siguientes de campaña, hasta mismo el día de la batalla (5780 independientes vs. 6906 leales) por las razones expuestas anteriormente. En el campo de batalla los realistas sumaban 5876 infantes y 1030 de caballería.

    Batalla de Ayacucho

    [editar] Ejército Libertador

    Antes del inicio de la batalla, el general Sucre arengó a sus tropas:
    "¡Soldados!, de los esfuerzos de hoy depende la suerte de América del Sur; otro día de gloria va a coronar vuestra admirable constancia. ¡Soldados!: ¡Viva el Libertador! ¡Viva Bolívar, Salvador del Perú!."
    Antonio José de Sucre
    Nuestra linea formaba un ángulo; la derecha, compuesta de los batallones Bogotá, Boltijeros, Pichincha y Caracas, de la primera division de Colombia, al mando del señor general Córdova. La izquierda de los batallones 1.° 2.° 3.° y legion peruana, con los húsares de Junin, bajo el ilustrisimo señor general La Mar. Al centro, los granaderos y húsares de Colombia, con el señor general Miller; y en reserva los batallones Rifles, Vencedor y Bargas, de la primera division de Colombia, al mando del señor general Lara.
    Parte de la batalla de Ayacucho
    Nótese que el mariscal Sucre omite mencionar en el parte a los Granaderos a Caballo del Río de la Plata. El general Miller en su Memoirs of General Miller: in the service of the republic of Peru da la composición completa de las fuerzas al mando de Sucre:
    División Cordova (en la derecha): Bogota, Caracas, Voltigeros, Pichincha.
    Caballeria, Miller (al centro):Regimientos Hussares de Junin, Granaderos de Colombia, Hussares de Colombia, Granaderos a Caballo de Buenos Ayres.
    Division La Mar (flanco sinistro): Legion. N° 1, 2, N° 3.
    Division Lara (en reserva): Vargas, Vencedores, Cazadores.[37]
    La afirmación de Miller, respecto de que los Húsares de Junín estaban en su división,[38] contradice lo que Sucre dice en el parte.

    [editar] Ejército Real del Perú

    Los Españoles bajaron velozmente sus columnas, pasando á las quebradas de nuestra izquierda los batallones Cantabria, Centro, Castro, 1° Imperial y dos escuadrones de húsares con una batería de seis piezas, formando demasiadamente su ataque por esa parte. Sobre el centro formaban los batallones Burgos, Infante, Victoria, Guias y 2° del primer Regimiento, apoyando la izquierda de éste con los tres escuadrones de la Unión, el de San Carlos, los cuatro de los Granaderos de la Guardia y las cinco piezas de artillería ya situadas; y en la altura de nuestra izquierda los batallones 1 y 2 de Gerona, 2° Imperial, 1° del primer Regimiento, el de Fernandinos, y el escuadrón de Granaderos de Alabarderos del Virrey.[39]
    [editar] Europeos en el ejército del virrey La Serna
    El número de soldados naturales de España que combatieron en Ayacucho ha sido acotado por los mismos testimonios posteriores a la contienda. En el año 1824 los europeos combatiendo en todo el virreinato ascendían a 1.500 según el brigadier García Camba, mientras que según el comisario regio Diego Cónsul Jove Lacomme el número total de europeos era de 1.200, y de los que solo 39 hombres formaban en la división del Alto Perú.[40]
    Para el 9 de diciembre, día en que se libro la batalla de Ayacucho, y de acuerdo a publicaciones posteriores, los europeos en el ejército del virrey aproximadamente eran 500 hombres según García Camba,[41] mientras que Bulnes cita 900 "desde el virrey al último corneta", apoyándose en el diario del capitán Bernardo F. Escudero y Reguera, oficial del Estado Mayor de Valdés.[42] Pero el testimonio del general Jerónimo Valdés le refuta corroborando la cifra de 500 hombres "de soldado a jefe".[43]
    Del número referido de prisioneros realistas capturados tras la batalla de Ayacucho, 1.512 eran americanos, mientras que 751 eran españoles, con lo que se deduce que el número de combatientes peninsulares al mando del virrey La Serna puede estar en torno a esa cifra.[44] [45]

    [editar] Desarrollo de las acciones


    Croquis de la batalla de Ayacucho.[46]
    A. Posiciones realistas en la noche del 8 al 9
    B. Maniobra preparatoria para el ataque realista
    C. Marcha de los batallones al mando del coronel Rubín de Celis
    D. Maniobra y ataque de la división Monet
    E. Ataque de la vanguardia de Valdés sobre la casa ocupada por los independentistas
    F. Carga de la caballería realista
    M. Avance y dispersión de los batallones de Gerona parte de la reserva realista
    K. Batallón Fernando VII, última reserva realista
    El dispositivo organizado por los planes de Canterac preveía que la división de vanguardia de Valdés rodease en solitario la agrupación enemiga, cruzando el río Pampas para fijar en el terreno a las unidades de la izquierda de Sucre, lo que se realizaba en la primera fase de la batalla. Mientras, el resto del ejército realista descendía frontalmente desde el cerro Condorcunca, abandonando sus posiciones defensivas y cargando contra el grueso del enemigo al que esperaba encontrar desorganizado, quedarían en reserva los batallones Gerona y Fernando VII dispuestos en segunda línea para ser enviados a donde fueran requeridos.
    Sucre se dio cuenta inmediatamente de la arriesgada maniobra, que resultaba evidente en la medida que los realistas se encontraban en una pendiente, imposibilitados de camuflar sus movimientos. El coronel español Joaquín Rubín de Celis, que mandaba el Regimiento primero del Cuzco, y que debía proteger el emplazamiento de la artillería, que aun se encontraba despiezada y cargada en sus mulas, se adelantó impetuosamente al llano muy prematuramente, interpretando defectuosamente órdenes directas del Virrey "se arrojó solo y del modo más temerario al ataque" donde su unidad fue destrozada y él mismo muerto en el decisivo contraataque de la división de Córdova, que entonces avanza en compactas formaciones de línea, y que con un fuego eficaz también empuja atrás a los dispersos tiradores de la división de Villalobos, acabados de descender en formaciones de Guerrilla. La división de Córdova, apoyada por la caballería de Miller, acometió directamente a la masa desorganizada de tropas realistas que sin poder formar para la batalla descendían en hileras de las montañas, fue en este ataque que el general José María Córdova pronunció su famosa frase "División, armas a discreción, de frente, paso de vencedores".

    Carga de la caballería llanera venezolana en la batalla de Ayacucho.
    Viendo el descalabro que había sufrido su izquierda, el general Monet, sin esperar que su caballería formara en el llano, cruzó el barranco y a la cabeza de su división se lanzó sobre la de Córdova logrando formar en batalla a dos de sus batallones pero prontamente atacado por la división independentista fue envuelto antes que el resto de sus tropas pudieran formar también en batalla. Durante estas acciones Monet fue herido y tres de sus jefes muertos. Los dispersos de su línea arrastraron en su retirada a las masas de milicianos. La caballería realista al mando de Ferraz cargó sobre los escuadrones enemigos que acosaban la izquierda de Monet, pero que apoyados por el vivo fuego de su infantería causaron una enorme cantidad de bajas en los jinetes de Ferraz cuyos sobrevivientes fueron obligados a volver grupas y retirarse del campo de batalla.
    En el otro extremo de la línea, la segunda división de José de La Mar apoyada por el batallón Vargas de la tercera división de Jacinto Lara detuvieron juntas la acometida de los veteranos de la vanguardia de Valdés que habíanse lanzado a tomar la solitaria casa ocupada por algunas compañías independentistas, las cuales fueron arrolladas en principio y obligadas a retroceder, y serían reforzadas por la carga de los Húsares de Junín bajo la dirección de Miller y luego por los granaderos a caballo volvieron al ataque,[47] al que se sumaría luego la victoriosa división de Córdova.
    El Virrey La Serna y demás oficiales intentaron restablecer la batalla y reorganizar a los dispersos que huían y el mismo general Canterac dirigió la división de reserva sobre la llanura. Sin embargo los reclutados de los batallones Gerona no eran los mismos que habían vencido en las batallas de Torata y Moquegua, pues durante la rebelión de Olañeta habían perdido a casi todos sus veteranos e incluso a su antiguo comandante Cayetano Ameller. Esta tropa compuesta por soldados forzados a combatir se dispersó antes de enfrentar al enemigo siguiéndole luego tras una débil resistencia el disminuído batallón Fernando VII. A la una de la tarde el virrey había sido herido y hecho prisionero junto a gran número de sus oficiales, y aunque la división de Valdés seguía combatiendo en la derecha de su línea, la batalla estaba ganada para los independentistas. Las bajas confesadas por Sucre fueron 370 muertos y 609 heridos mientras que las realistas fueron estimadas en 1.800 muertos y 700 heridos, lo que representa una elevada mortandad en combate.
    Con los diezmados restos de su división Valdés logró retirarse a las alturas de su retaguardia donde se unió a 200 jinetes que se habían agrupado en torno al general Canterac y a algunos pocos dispersos de las derrotadas divisiones realistas cuyos desmoralizados soldados en fuga llegaron incluso a disparar contra los oficiales que intentaban reagruparlos. Con el grueso del ejército real destruido, el mismo virrey en poder de los patriotas, y su enemigo Pedro Antonio Olañeta ocupando la retaguardia, los jefes realistas optaron por la capitulación tras la batalla.

    [editar] La capitulación de Ayacucho

    "Don José Canterac, teniente general de los reales ejércitos de S. M. C., encargado del mando superior del Perú por haber sido herido y prisionero en la batalla de este día el excelentísimo señor virrey don José de La Serna, habiendo oído a los señores generales y jefes que se reunieron después que, el ejército español, llenando en todos sentidos cuanto ha exigido la reputación de sus armas en la sangrienta jornada de Ayacucho y en toda la guerra del Perú, ha tenido que ceder el campo a las tropas independientes; y debiendo conciliar a un tiempo el honor a los restos de estas fuerzas, con la disminución de los males del país, he creído conveniente proponer y ajustar con el señor general de división de la República de Colombia, Antonio José de Sucre, comandante en jefe del ejército unido libertador del Perú".
    Es el tratado firmado por el jefe de estado mayor realista, Canterac, y el general Sucre al concluir la batalla de Ayacucho, el mismo 9 de diciembre de 1824. Sus principales consecuencias fueron varias:
    • El ejército realista bajo el mando del virrey La Serna renunciaba a seguir la lucha.
    • La permanencia de los últimos soldados realistas en las fortalezas del Callao.
    • La República del Perú debió saldar la deuda económica y política a los países que contribuyeron militarmente a su independencia.
    Bolívar convocó desde Lima al Congreso de Panamá, el 7 de diciembre, para la unidad de los nuevos países independientes. El proyecto fue ratificado únicamente por la Gran Colombia. Cuatro años más tarde la Gran Colombia, a causa del deseo personal de muchos de sus generales y de la ausencia de una visión unitaria, terminaría dividiéndose en las naciones que forman actualmente.

    [editar] Teorías conspirativas sobre la batalla de Ayacucho


    Escudo honorífico otorgado a los oficiales que participaron en la Campaña de Perú en 1823-24.
    La capitulación ha sido llamada por el historiador español Juan Carlos Losada como "la traición de Ayacucho" y en su obra Batallas decisivas de la Historia de España (Ed. Aguilar, 2004), afirma que el resultado de la batalla estaba pactado de antemano. El historiador señala a Juan Antonio Monet como el encargado del acuerdo: “los protagonistas guardaron siempre un escrupuloso pacto de silencio y, por tanto, sólo podemos especular, aunque con poco riesgo de equivocarnos” (Pág. 254). Una capitulación sin batalla se habría juzgado indudablemente como traición. Los jefes españoles, de ideas liberales, y acusados de pertenecer a la masonería al igual que otros líderes militares independentistas, no siempre compartían las ideas del rey español Fernando VII, un monarca firme sostenedor del absolutismo.
    Por el contrario el comandante español Andrés García Camba refiere en sus memorias como, los oficiales españoles apodados más tarde "ayacuchos", fueron injustamente acusados a su llegada a España: "señores, con aquello se perdió masónicamente" se les dijo acusatoriamente, -"Aquello se perdió, mi general, como se pierden las batallas", respondieron los veteranos de la batalla.

    [editar] El Alto Perú tras la batalla de Ayacucho


    Vista del Palacio de Congresos de Bolivia.
    Luego del triunfo de Ayacucho, y siguiendo precisas instrucciones de Bolívar, el general Sucre entró en territorio del Alto Perú el 25 de febrero de 1825. Su papel se limitó a dar visos de legalidad a un proceso que los mismos altoperuanos ya habían puesto en marcha, además de mantener el orden e instalar inmediatamente la administración independentista. El general realista Pedro Antonio Olañeta permaneció en Potosí, en donde en enero recibió al batallón "Unión" procedente de Puno al mando del coronel José María Valdez, y luego convocó a un Consejo de Guerra que acordó continuar la resistencia en nombre de Fernando VII. Olañeta distribuyó sus tropas entre la fortaleza de Cotagaita con el batallón "Chichas" al mando del coronel Medinacelli, mientras Valdez con el "Unión" fue enviado a Chuquisaca y el propio Olañeta marchó a Vitichi, con 60.000 pesos de oro de la Casa de la Moneda de Potosí.
    No obstante ello, en Cochabamba se sublevó, con el Primer Batallón "Fernando VII" el coronel José Martínez; seguido en Vallegrande, por el Segundo Batallón "Fernando VII", deponiendo al brigadier Francisco Aguilera el 12 de febrero. El coronel realista José Manuel Mercado ocupó entonces Santa Cruz de la Sierra el 14 de febrero, mientras Chayanta quedó en manos del teniente coronel Pedro Arraya, con los escuadrones "Santa Victoria" y "Dragones Americanos" y en Chuquisaca el batallón "Dragones de la Frontera" del coronel Francisco López se pronunció por los independentistas el 22 de febrero, con lo cual la mayoría de las tropas realistas del Alto Perú renunciaban a continuar la lucha frente al poderoso ejército de Sucre. El coronel Medinacelli con trescientos soldados se sublevó también en contra de Olañeta y el 1 de abril de 1825 se enfrentaron en el combate de Tumusla que culminó con la derrota de Olañeta y su muerte al día siguiente. Pocos días después, el 7 de abril, el general José María Valdez se rindió en Chequelte ante el general patriota Urdininea, poniendo fin a la guerra en el Alto Perú.

    [editar] El nacimiento de Bolivia

    Simón Bolívar, con la aprobación del congreso peruano el 23 de febrero de 1825 y del congreso argentino el 9 de mayo de 1825, ratificó la decisión de Antonio José de Sucre de convocar un congreso soberano del Alto Perú que manifestó en su declaración de independencia su deseo de no unirse al Perú o a las Provincias Unidas de Río de la Plata.
    Mediante un decreto la Asamblea determinó que el nuevo estado nacido en el Alto Perú llevaría el nombre de «República Bolívar», en homenaje al Libertador, designado «Padre de la República». Se le concede también el supremo poder ejecutivo en forma vitalicia, con los honores de Protector y Presidente.[48] Bolívar agradeció estos honores, pero declinó la aceptación del cargo, designando al mariscal de Ayacucho Antonio José de Sucre.

    [editar] Declaración de la independencia de Bolivia


    Acta de la Independencia de Bolivia en la Casa de la Libertad, Sucre.
    Convocada nuevamente la Asamblea Deliberante en Chuquisaca por el mariscal Sucre, el 9 de julio de 1825, y concluida se determinó la completa independencia del Alto Perú, bajo la forma republicana. Finalmente, el presidente de la Asamblea José Mariano Serrano, junto a una comisión, redactó el "Acta de la Independencia" que lleva fecha del 6 de agosto de 1825, en honor a la Batalla de Junín ganada por Bolívar. La independencia fue declarada por 7 representantes de Charcas, 14 de Potosí, 12 por La Paz, 13 por Cochabamba y 2 por Santa Cruz. El acta de independencia, redactada por el presidente del Congreso, Serrano, en su parte expositiva dice:
    El mundo sabe que el Alto Perú ha sido en el continente de América, el ara donde vertió la primera sangre de los libres y la tierra donde existe la tumba del último de los tiranos. Los departamentos del Alto Perú, añade en su parte resolutiva, protestan a la faz de la tierra entera, que sus resolución irrevocable es gobernarse por sí mismos.

    [editar] Reconocimiento a los combatientes

    En honor y reconocimiento a los combatientes independentistas de la batalla, se construyó en el lugar de los hechos, un obelisco en conmemoración a la batalla. Este se encuentra actualmente ubicado en el Distrito de Quinua, Provincia de Huamanga. A 37 Km. al noreste de la ciudad de Ayacucho, a 3300 msnm.

    Obelisco de la Quinua, en las pampas de la Quinua, Ayacucho, Perú

    [editar] Reconocimientos a Sucre


    Monumento de la Nación a sus Próceres. En el Paseo Los Próceres (Caracas, Venezuela).
    Bolívar, quien redactó y publicó en 1825 su resumen sucinto de la vida del general Sucre, único trabajo en su género realizado por él, no escatimó elogios ante la hazaña culminante de su fiel lugarteniente:
    "La batalla de Ayacucho es la cumbre de la gloria americana, y la obra del general Sucre. La disposición de ella ha sido perfecta, y su ejecución divina". Las generaciones venideras esperan la victoria de Ayacucho para bendecirla y contemplarla sentada en el trono de la libertad, dictando a los americanos el ejercicio de sus derechos, y el imperio sagrado de la naturaleza".
    "Usted. está llamado a los más altos destinos, y yo preveo que Usted. es el rival de mi Gloria. (Bolíivar, Carta a Sucre, Nazca, 26 de abril de 1825) ".
    "El Congreso de Colombia hizo entonces a Sucre General en Jefe, y el Congreso del Perú le dio el grado de Gran Mariscal de Ayacucho,".

    [editar] Notas al pie

    1. Provincias Unidas del Río de la Plata: un escuadrón del Regimiento de Granaderos a Caballo de Buenos Aires (mencionado también como Granaderos montados de los Andes), fue mandado reorganizar por Bolívar con los jinetes que, amotinados en Lurín y apresando a sus jefes, no se unieron a los sublevados del Callao (Memorias del general O'Leary. pág. 139. Publ. por S.B. O'Leary en 1883. Escrito por Daniel Florencio O'Leary).
    2. República de Chile: no hubo unidades chilenas en Ayacucho, pero sí jefes y soldados, la mayoría de los 300 reclutas que llegaron de Chile al puerto de Santa en diciembre de 1823 al mando del coronel Pedro Santiago Aldunate para completar las formaciones chilenas y fueron incorporados a la caballería colombiana y al Batallón Vargas por intercambio por reclutas
  • 1897.- Se estrena la "Marcha Nacional Peruana" o "Marcha de Banderas", que es usada en el Perú para anunciar la llegada y el retiro del Jefe de la Nación, así como también el izamiento de la bandera en cuarteles, buques de la Armada, puestos de frontera y centros de enseñanza. Fue compuesta por el músico José Sabas Libornio
  • .

    BIOGRAFIA DE DON JOSE S.LIBORNIO IBARRA





    DON JOSE S. LIBORNIO IBARRA
    1858 - 1915

    Compositor y Director de Bandas Militares
    Autor de la "MARCHA DE BANDERAS", entre otras composiciones.



    Don Jose Sabas Libornio Ibarra nació en Santa Ana, Manila Philipinas, el 05 de Diciembre de 1858.


    Fué el mayor de dos hijos de don Francisco Libornio, Maestro y de doña Catalina Ibarra, Bordadora


    Libornio era todavia muy joven cuando murió su padre. su entusiasmo innato por la música lo condujo a iniciar su educación musical en el Colegio General de Música "Santa Cecilia" de Manila. Prosiguió sus estudios musicales durante 11 años, graduándose con Diploma de Honor, por haber obtenido la más alta calificación.

    Fué Director de la Banda Cívica de España en Manila de 1873 a 1875 y de 1875 a 1882 fué Director de la banda del Séptimo Regimiento de España.
    En 1879 se casó en Manila, con doña Gregoria del Rosario, con quien tuvo dos hijas
    Después de un período de viajes, se estableció en Honolulu - Hawai, como Directpr de la Real Banda Hawaiana, por la primavera de 1893. Según escritos de la época, Don JOSE LIBORNIO era uno de los más grandes solistas de saxafon de su tiempo.
    El 2 de Noviembre de 1894 se casó, en segundas nupcias, con la dama norteamericana, doña María Estrada, oriunda de la Ciudad de Los Angeles, California, USA, quien lo acompañaría hasta el final de sus dias.
    Recorrió toda Europa y varias ciudades de Estados Unidos de Norte América y América del Sur. como Director de la famosa Banda "REAL BANDA DEL EJERCITO HAWAIANO", la misma que originalmente fué formada por el Rey en 1869. Estuvo compuesta por nativos que habian sido especializados en la ESCUELA REAL, en su juventud. El famoso compositor Notthcot fué el primer Director y bajo su dirección la Banda alcanzó grandes logros musicales.
    A su retorno a Europa, el lugar de Notthcot fué ocupado por frank Medina, después de él vino el Profesor Berger, a quien la Banda le debe el mayor éxito, hasta entonces alcanzado.
    A la salida del Profesor Berger, por motivos políticos, asume la dirección de la Banda el Profesor JOSE S. LIBORNIO IBARRA. El repertorio de la Banda cubría el campo íntegro de la composición musical, comprendiendo : el paso doble resonante y la melodía patética, así como la orquestación de trueno de Wagner, la armonía descriptiva de St.Laent y los esfuerzos más inteligentes de Auber, Verdi, Rossini, Mascagni y los famosos vals de Strauss, las marchas polpulares, las canciones callejeras, etc.,etc. En esta gran fiesta musical proporcionada por la "REAL BANDA DEL EJERCITO HAWAIANO", había algo mágico que atraía a todos : jóvenes y viejos, ricos y pobres, artistas y aprendices.

    LLEGADA AL PERU Y SU DESEMPEÑO EN LA BANDA DEL EJERCITO

    El año de 1895 el Gobierno de don Nicolás de Piérola, que proyectaba la reorganización del Ejército, contrató al músico : PROFESOR JOSE S. LIBORNIO IBARRA, quien vino al Perú con su esposa, doña MARIA A. ESTRADA DE LIBORNIO de nacionalidad Norteamericana. Fué asimilado al Ejército peruano con el grado de Capitán y nombrado DIRECTOR GENERAL DE LA BANDA DEL EJERCITO.
    Don José, con su esposa doña María Estrada tuvieron cinco hijos, todos nacidos en Lima, : Graciela, José, Antonio, Alejandrina y Eladio.
    José y su esposa doña Zoila A. Vera Piñeiro tuviron 8 hijos : María Esther Libornio Vera, Elsa Aurora Libornio Vera, Rosa Elena Libornio Vera, José Antonio Libornio Vera, Ana Cenaida Libornio Vera, Yolanda Isabel Libornio Vera, Julio Rafael Libornio Vera y Graciela Alicia Libornio Vera.
    Graciela tuvo cinco hijos : Maximiliano Anselmi Libornio, Graciela Anselmi Libornio, Fernando Anselmi Libornio, Elizabeth Anselmi Libornio y Julio Pacheco Libornio.
    Dentro del aspecto militar, Don José Libornio fué consecuente con la misión que se le había encomendado. Con dedicación de padre, con suprema compenetración del ambiente, tacto psicológico y sabiduría de Maestro, no solo pidió el instrumental necesario, sino que enseñó a los músicos, confiiados a su experta dirección, la mejor manera de conservarlos y el arte magistral de arrancar de ellos las melodías y acordes marciales, festivos y fúnebres, de manera impresionante.

    Bregando pacientemente, ya enmendando torcidas inclinaciones, enderezando aptitudes, fijando el derrotero de la música y vigilando la capacidad de sus discípulos, Libornio los consagró al fin Supremo; sabiendo explotar, en beneficio de la Nación, el talento artístico de sus educandos. Por eso fué que el genial músico, Maestro de Maestros, dejó una estela que ni el mismo hecho de su desaparición pudo obnubilar

    Durante los 20 años de su actuación al servicio de la Nación, desde su llegada al Perú el año 1895, hasta su muerte, ocurrida el año 1915, llevó su música a todas las Regiones Militares del Perú. Para juzgar a Libornio, es necsario meditar sobre su ingente producción musical.


    LA MARCHA DE BANDERAS
    ¿ Que peruano no va a sentirse orgulloso de nuestra canción a la Bandera ?. Esa melodía vibrante se debe a la inspiración de DON JOSE SABAS LIBORNIO IBARRA. El origen de este hermoso tema, que se escucha con tanta unción patriótica, se produjo de una manera casual.
    Al terminar el TEDEUM en la Basílica de la Merced, en honor a la Patrona de las Armas, el 24 de Setiembre de 1897, el Presidente don Nicolás de Piérola se acercó al Director de la Banda para felicitarlo, de lo que aprovechó don José para decirle : " Excelencia : el Himno Nacional está siendo usado muy indiscriminadamente, conviene convocar para crear una marcha para rendir honores a la Bandera y para que sea ejecutada en todos los Actos Oficiales. La respuesta del Jefe del Estado no se hizo esperar, en estos términos : " Maestro Ud. tiene la palabra".
    Unos meses más tarde el 09 de Diciembre de 1897, en la Misa de Campaña por la Victoria de Ayacucho, la llegada del Presidente Piérola fué anunciada con una marcha que ya no era el Himno Nacional. Dos dias despues, el Mandatario dispuso que uno de sus edecanes citara al Maestro libornio, para que le explicara que marcha era esa que escuchó en la mañana del 9 de Diciembre.
    Libornio, luego de un reverente saludo, le dijo " Es la marcha que Ud. me solicitó, Excelencia". El Mandatario respondió : "Es muy hermosa y harto vibrante". Al despedirlo, le expresó :"Lo felicito muy deberas, ya tiene canción nuestra bandera"
    Una semana más tarde, el 17 de Diciembre, fué expedida la Resulución pertinente que reconocía la "MARCHA NACIONAL PERUANA", para ser ejecutada en todo Acto Cívico Oficial.
    En la página No 141 del Compendio de Dispositivos Legales, figura el siguienet Decreto :

    Nueva marcha para los honores de la Bandera Nacional
    Lima, 17 de Diciembre de 1897
    Acéptase la Nueva Marcha, que para los honores de la Bandera Nacional, propone el Director de Bandas del Ejército don José S. Libornio Ibarra; cuya Marcha será la única que se use, en lo sucesivo, para dichos actos.
    Comuníquese y publíquese.
    Rosa Gil.
    El Capitán José S. Libornio Ibarra, fué ascendido al grado de Sargento Mayor del Ejército Peruano, con fecha 6 de Abril de 1910.
    Ya en 1909, durante el Gobierno de don Augusto B. leguía, se le cambió el nombre por el de "MARCHA DE BANDERAS" que se ejecutaría para anunciar la llegada y el retiro del Jefe de la Nación, la elevación de la Sagrada Hostia en las Misas de Tedeum y el izamiento de la Bandera en los cuarteles, buques de la Armada, repartciones policiales, puestos de frontera y centros de enseñanza.
    DON JOSE S. LIBORNIO IBARRA tambien es autor de otras importantes marchas militares, como : Estado Mayor, Séptimo de Linea, Escuadra Peruana, Coronel La Puente, El Morro, Huamachuco, Mi Patria y Mi Bandera y la Marcha Fúnebre Candamo, entre muchas otras. Tambien es autor de los toques de clarin y de corneta del servicio interior del Ejército como : Atención, Rancho, Generala, Diana, Silencia, fagina, etc.
    Don José Libornio tambien incursionó en el acerbo popular, específicamente en el cancionero criollo, escribiendo páginas de verdadero sabor limeño como los valses : Hortensia, En la Amaca, María Isabel, Orquideas, y tambien ondulantes como: Entre las Flores, que fueron editadas por "Editorial Brandes" y la llamada Expososición Musical.
    La obra musical de Don José Libornio, tanto su inspiración popular, como sus marchas militares, toques para el orden cerrado del Ejército, amen de la MARCHA DE BANDERAS, hasta hoy día se escuchan.
    Tuvo una gran sensibilidad social, habiendo participado activamente en muchas instituciones de bien social como : "LA SOCIEDAD : 16 AMIGOS INTERNACIONAL", de socorro, fundada el 16 de Mayo de 1883. Fué Director de la Banda de la COMPAÑIA NACIONAL DE BOMBEROS-"COSMOPOLITA", fué socio honorario del "CENTRO SPOT JUVENIL" - 1901, fué hermano de la LOGIA MASONICA con el grado de "MAESTRO MARCA"-1898 .
    La edición de sus obras, durante su permanencia en el Perú, estuvo a cargo de la Casa "Guillermo Brandes", de Espaderos 237, Lima; en la Tipografía de Badiola y Berío, de Plateros de San Agustin, Lima. Algunas portadas de sus obras fueron litografiadas por E. San Cristobal.
    Hizo arreglos de piezas de música para bandas de músicos del Perú, en un total de 1,136 piezas , de las cuales 121 son originales y 21 arreglos. entre los que se incluyen arreglos de los Himnos Nacionales de varios paises, y tambien del Perú.
    DON JOSE SABAS LIBORNIO IBARRA falleció en la ciudad de Lima, a los 60 años de edad, en la mañana del 09 de Diciembre de 1915, en la quinta cuadra del jirón Huancavelica. La sombría imagen de la muerte colocó el laurel de la inmortalidad en la testa de Don José y desde ese instante la calle Huancavelica, de esta ciudad, viose grávida de transeuntes de toda condición, que querian exteriorizar su dolor, por la partida de quien habia llegado a ser tan querido y popular, por su trato fino y caballeroso, tanto por su riquísima entrega musical, que caló profundamente en el sentimiento de todos.
    A las 10 de la mañana, de aquél fatídico día, la casa No 828 de esa periferie era estrecha para contener el inmenso gentío. Su Excelencia el Presidente Pardo y el Ministro de Guerra el Coronel Puente enviaron a sus respectivos Edecanes, entanto que los músicos de Gendarmes, sus discípulos predilectos y los de otros cuerpos del Ejército, montaban guardia, con sus rostros visiblemente emocionados e imprecnados de tristeza.
    El Diario "LA CRONICA" de la época dijo : " La desaparición del señor Libornio constituye un suceso verdaderamente deplorable, dadas las circunstancias del extinto y el lugar expectante que ocupó entre nuestros compositores de música, arte del cual hizo su dedicación empeñosa y muy fecunda. Son muchas las composiciones musicales, de no poco mérito, que deja el Profesor Libornio y en todas ellas revela la originalidad e inspiración que constituian para el "MAESTRO", como familiarmente se le llamaba, su más preciado principio de arte."
    El diario "LA PRENSA", de entonces, decía : " Libornio consideraba al Perú como su segunda Patria, habiendo logrado formar un hogar digno y respetable. Baja a la tumba después de haber prestado veinte años de importantes e inenterrumpidos servicios a la Nación, dejando en la miseria y orfandad a su esposa, extranjera, y cinco tiernas criaturas. todas nacidas en el Perú, víctimas de la injusticia por no haber recibido una pensión, como retribución por los valisisimos servicios de su esposo, prestados a la Patria.
    El diario "EL COMERCIO", de la época, dijo : " ha dejado de existir el conocido y respetado músico don JOSE SABAS LIBORNIO IBARRA, quien desde el año de 1895 desempeñaba, a satisfacción pública, el cargo de DIRECTOR GENERAL DE LAS BANDAS DEL EJERCITO. El sepelio se realizó el sábado 11 a las 9.00 a.m. Una Compañía del Batallón No 07 y la Banda de Gendarmes aconmpañó el féretro, ejecutando, magistralmente, las melodias fúnebres que aprendieron de su Maestro. Desde la casa mortuoria hasta el cementerio "presbitero Maestro".Arrastraron el duelo : el joven JOSE SEGUNDO LIBORNIO ESTRADA, hijo del extinto y los señores : Sagasti, Zapata, Granda y oré, los mismos que cargaron el ferétro a la necrópolis. Fué sepultado en el Cuartel " San Jeremias" No 45 letra "D", donde se lee esta inscripcióm: "JOSE S. LIBORNIO IBARRA + 9 DE DICIEMBRE DE 1915" . Pero ella está inconclusa en la lápida, puesta por la Sociedad de Beneficiencia de Lima. Toca pues, a nuestros legisladores el pedir se rinda un justo tributo póstumo a la memoria de quien dedicó su mayor esfuerzo para legar, a la posteridad de nuestra Patria, la hermosa herencia de su excelsa inspiración, enmendando el injusto olvido del que es objeto, no obstante que sus composiciones se oyen, desde que raya el alba, hasta que muere el día."
    Su hija la señorita ALEJANDRINA LIBORNIO ESTRADA, en el año 1979, hizo entrega, en calidad de donación, al entonces Ministro de Guerra, de un voluminoso archivo, consistente en 49 tomos, con 1,165 partituras de propiedad del extinto compositor.
    Al recibir la donación el General de Brigada Luis Dancuard Parodi, Secretario General de portafolio, le expresó el saludo y agradecimiento del Comandante General del Ejército, por tan importante donativo, que constituye un valioso aporte cultutal para la Institución.
    Las partituras datan de fines del siglo antepasado, habiendo sido copiadas a mano y en forma personal por don José Libornio y se hallan en muy buen estado de conservación . El contenido de dichas partituras, en su mayoría, pertencen a don José Libornio y consisten en : Marchas, marchas Militares , Marchas fúnebres, ordenanzas, pasodobles, Valses, polkas, Fantasía, Zarzuelas, Melodías, descriptiva, Mazurkas, Boleros, danzas, Cuadrillas, mosaicos, cuya relación pormenorizada figura en el documento entregado al Ejército pruano, junto con las 1,165 partituras, en calidad de donación, por la última hija sibreviviente de Don josé Libornio, doña Alejandrina Libornio Estrada, quien dejó de existir, a los 78 años de edad, en la ciudad de Lima el año 1986.
    La fecunda herencia musical, que constituye gran parte del cancionero cívico del Perú, contribución de este gran Maestro de nacionalidad filipina, prócer de la independencia de su pais, quien no se limitó a las labores docentes propias de su cargo, pues se incorporó a la vida ciudadana, escribiendo temas del acerbo cívico y popular.
    Por su propia iniciativa visitaba los centros de enseñanza para divulgar canciones patrióticas, que hoy en día casi no se enseñan.
    No se ha difundido su nombre, adecuadamente, como autor de la Marcha de Banderas, tal parece que ésta fuera de autor anónimo, por desconocimiento y menos se le ha rendido el homenaje ,que se merece, por su valioso aporte cívico a nuestra nación.
    El Perú está en deuda con DON JOSE S. LIBORNIO IBARRA

    Ingº Eddie W. Echegaray Fajardo
    Lima, 5 de Diciembre del 2010







  • 1938.- Conferencia Panamericana en Lima: proclama los ideales de hermandad entre los pueblos y se reafirma una vez más el principio de soberanía en los territorios.
  • 1999.- Se inaugura un monumento en homenaje a los caídos por la violencia terrorista. El obelisco se erige en el parque Aramburú y Salinas, al final de la Av. San Borja Sur, en el distrito de San Borja, en Lima.


  • Santoral

    Los Santos de hoy domingo 9 de diciembre de 2012
    Leocadia de Toledo, Santa
    Mártir, 9 de diciembre
    Juan Diego Cuauhtlatoatzin, Santo
    Vidente de la Virgen de Guadalupe, 9 de Diciembre
    Clara Isabel Fornari, Beata
    Monja, 9 de diciembre
    Bernardo María Silvestrelli, Beato
    Sacerdote Pasionista, 9 Diciembre
    Pedro Fourier, Santo
    Educador y Fundador, 9 Diciembre
    Siro de Pavia, Santo
    Obispo, 9 Diciembre
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