CUENTO "LA TRAVESÍA DE JUANITO PARA IR A LA ESCUELA"
Juanito, era un niño de 10
años que recorría todos los días el camino
agreste de su pueblo para ir a su nueva escuela ,
con suma alegría había decidido asistir, la
distancia que había de su casa no era obstáculo para caminar , sin embargo ese día, el rio había crecido, haciendo imposible su
cruce, tal situación complicaba su asistencia, su pequeña figura no le permitía tomar riesgos
que la madre naturaleza le ponía como obstáculo, meditando frente al rio con mirada triste , con los libros y cuadernos en una mano y en la otra los
lápices y colores que le había entregado
su maestra , recordaba que le dijo : “Juanito, es muy importante tu asistencia a esta escuela , y tu tenacidad es un ejemplo
para todos, te entrego estos útiles para tus estudios” ingresando al aula del 2ª grado en el que había sido evaluado por la profesora
para saber el estado de su nivel escolar ; Hoy Juanito,
parado frente al rio no podía llegar a la escuela , hace falta
un puente para cruzarlo, pensó, ¿Qué está pasando en su pueblo? se preguntó:
Este era uno de los males de siempre, solo que él no se percataba
de este problema, caramba!!! Dijo, luego
se percibió que se acercaba un señor, llegando a reconocerlo- era el vecino de doña Victoria que vive a unas
cuantas chacras más arriba y el que los espantaba de su huerta a sus amiguitos , ahora
ellos estarán en clase y yo, parado aquí como un zopenco, El señor que llegaba le dijo:” Oye, niño que haces aquí, te he visto
desde la otra colina y sigues parado
mirando a la otra orilla, estas dormido o qué? “ preguntó , yo un poco asustado por sus
palabras y el timbre de su voz igual, a
la que nos solía arrojar de su chacra , cuando le robábamos sus paltas, le dije
:” señor no estoy dormido, solo
miro la otra orilla por qué no puedo cruzar el
rio , que está más caudaloso que de costumbre “,” Es cierto niño”, me
dijo sin reconocerme - por las travesuras que mi pandilla
y yo, le hacíamos - caramba que contrariedad, que
este rio haberse puesto tan caudaloso
en esta época, es un
verdadero problema dijo el señor, parado junto a mí, se rascó la cabeza
inclinando un poco el sombrero ( raído y
descolorido que un día fue negro) sin sacárselo que me causó un poco de risa su
actitud tan pintoresca, y me preguntó si
sabía nadar, y le respondí que no,
volvió a decir caramba!, caramba! y lo escuché susurrar para sí: “estos ineptos de autoridades no han visto este
problema para solucionarlo, solo se aparecen por acá en
época de elecciones para conseguir votos
y luego desaparecen , pues que van a
venir!!! Que les importará el…….
¿Cómo te llamas me preguntó? Juanito Carranza , respondí , me imagino que vas a la nueva escuela de Veintemilla , si señor le respondí, pero hijo
ya es muy tarde para ello , no creo señor, si pudiera cruzar este rio podría llegar un poco
tarde , quizás, antes del recreo, Siendo
así Juanito, esto no es problema me dijo , yo te ayudaré a
cruzarlo y arremangándose el pantalón de bayeta negro, ajustando su faja a la
cintura y escupiendo en las dos manos frotándolos para darse energía me dijo: tienes
que subirte a mis hombros , pero cuidado con mi sombrero , niño. y cruzaremos
este rio, agárrate fuerte y no me tapes los ojos con tus libros , y así, cruzamos el rio con sumo cuidado . Agradecí a este señor que me ayudó, pero quien ayudará a las demás personas que
no pueden cruzarlo, yo no sé, de repente soy muy chico para pensar en
soluciones que deben efectuar los mayores , así
como susurraba el señor, habrán autoridades, pero lo malo es que nunca están presentes
Autor: Ernesto Castillo Tafur
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