Cuento: LA PRINCESA QUE SE CONVIRTIÓ EN AVE
LA
PRINCESA QUE SE CONVIRTIÓ EN AVE por La Pluma Gris
Zenobia después de regresar del
lago donde pasaba las tardes, tribulada
por el movimiento que había en el ayllu QollaRumy con los preparativos por la
llegada de la comitiva real y que el periplo del Inca, había comprendido
después de mucho tiempo considerar una estancia en ese olvidado Ayllu, la
comunidad entera al mando del Curaca Macedonio, quien se desempeñaba desde muchas
décadas de tal cargo y se consideraba pariente lejano del Inca soberano del
Imperio Incaico; decidió hacer el
recibimiento oficial a la real comitiva. Había mandado construir las
habitaciones donde pernotaría el monarca, que no eran las mismas que en
periplos anteriores, con cientos de albañiles expertos en construcción daban
forma al recinto real que sería construido
con el barro de tierra colorada traído de la cordillera de los Andes Meridionales y con
la mejor paja de los prados para darle la consistencia a la argamasa que irían en los muros, se
cortaban los mejores arboles de eucaliptos para los umbrales de puertas y
ventanas y los travesaños de techos, todo esto y aparte de acondicionar los
caminos donde pasaría primero la
comitiva real y otro camino para la legión de súbditos y guerreros que llegaban a los
10,000. Habían llegado los mejores preparadores de caminos a la comunidad y ya
se encontraban laborando día y noche alumbrados por teas embebidas de grasa animal.
Zenobia miraba asombrada el movimiento que había en su comunidad y recordaba
que cuando era niña , una vez al paso de la comitiva real ella se encontraba en
el comité de recepción por ser la
hija del Curaca y asomase el Inca real e inclinándose bastante en vista de su enorme estatura saludó a la pequeña Zenobia dándole un pequeño
pellizco en una de las mejillas de la pequeña , en señal de su aprecio especial
que solía dar a las personas que más le agradaban, con sus enormes manos y
dedos grotescos y uñas sumamente cuidadas llenos de anillos de oro reluciente
con incrustaciones de piedras preciosas de colores, llamó la atención de la niña
y que hasta ahora recordaba. Ella convertida ahora en una QOLLA o doncella ….. de
extraordinaria belleza, sus facciones perfiladas propias de la gente del Ande y
el color de su piel canela y tornándose a un color morado el de sus mejillas azotadas por el
intenso frió y el sol de los andes, su
nariz perfilada y sus ojos negros intensos como la noche pero llenos de
inocencia y candor, eran poseedores de unas largas pestañas que batían sin cesar ante cualquiera sorpresa
y que solían expresar su soberbia belleza Inca . Zenobia era muy grácil de
modales cuidadosamente refinados, y sutiles que embellecían aun mas su
hermosura, su cabellera de color negro azabache
ordenadas en dos trenzas que le caían sobre los hombros hasta llegar
hasta la cintura y adornadas con flores
silvestres recién cortadas, y su atuendo juvenil consistente en una túnica de
color blanco bordada con hilos de oro formando figuras antropomorfas amarrado a
la cintura que ceñían su esbelto talle
pronunciando sutilmente su torso como si hubiera sido esculpido por un hábil
escultor y sus pronunciados senos adornaban su figura grácil y esbelta. Toda
ella de enorme estatura, embelesaban a todo aquel que osara dirigirle una
mirada a la bella Zenobia que
deslumbraba a muchos con su andar sigiloso y armonioso, característico en ella
por que se desplazaba con su andar en
casi de puntillas cual si fuera una gacela en su libre albedrío.
El
Curaca del pueblo quien era su padre
iba orgulloso de su hija destinada a integrar el grupo de las ñustas
(adolecentes vírgenes) o vírgenes del Sol, cuyas residencias era el Accllahuasi
del pueblo y criadas por las coyas
(madres al cuidado de estas vírgenes)
destinadas a ser la esposa del Inca soberano. La oportunidad de la llegada del
Inca en su periplo por todo el Imperio Inca que lo realizaba durante un año y anunciado por los chasquis para el abastecimiento real, es decir debía
ese Ayllu proporcionar alimentos y bebidas para todo la corte real y los diez
mil súbditos que lo acompañaban . El Curaca fascinado con tamaña visita real del Inca Soberano en
sus dominios , había emprendido una serie de obras como la ampliación del
Huancapuquio o sea el manantial de las piedras sagradas, la remodelación del Intihuatana
el reloj solar , la plaza para albergar a toda la comitiva, el nuevo sillón
para el monarca con las mejores maderas de caoba de las montañas y con
incrustaciones metálicas de oro y plata construyendo una legión de orfebres, la
rehabilitación de las Accllahuasis o sea el recinto de las doncellas vírgenes
que habitaban con exclusividad en ese lugar cuidadas por las mamaconas y que
eran escogidas con el requisito de tener
desde los 13 a 18 años de una belleza singular, cuya cabellera debía llegar
hasta la cintura, de rostro puro y limpio. Donde se les enseñaba a tejer, bordar,
atención al soberano, modular su voz, y de refinados modales y especialmente su
grácil andar, pues cualquiera de ellas estaría disponible y apta para la
elección del monarca Inca cuando llegare
en su periplo del recorrido Inca a través de todo el Imperio. Zenobia destacaba
entre todas las doncellas por sus cualidades innatas por eso pasaba noches
enteras bajo el cielo andino despejado y lleno de estrellas contemplando la luna.
El Curaca de Qolla Rumy, seguía construyendo mas edificaciones, procuraba mas
cosechas, las almacenaba en grandes silos, las mujeres quechuas seguían
tejiendo en grandes telares tejidos de vistosos colores e iban almacenando vestidos para el ejercito
que acompañaba al inca, se confeccionaba ojotas, arcos flechas, escudos,
vinchas con plumas de colores para los guerreros, lo mismo que se
almacenaban alimentos y que se seguían
sembrando y cosechando, también una legión de orfebres preparaban los adornos de oro que era la
vestimenta y de adornos como pecheras de oro con decorados de piedras preciosas
, traídas de las minas de oro y plata ,
ceramistas se daban cita para producir utensilios de cerámica , alfareros de
distintos sitios del imperio venían a preparar , otros traían las mejores
arcillas de distinto cerros del imperio, por mucho tiempo se seguían realizando
estos menesteres
.
Zenobia se trasladó a una extensa loma no muy lejana donde pasaba mucho tiempo
en un compas de espera a la llegada del
Inca, soportaba, tormentas, lluvias, olas de calor, olas de frio intenso pero
seguía allí incólume ante las
inclemencias del clima, solo atinaba a beber el agua de un arroyo que nunca se
secaba, así estuvo mucho tiempo, muchos años, la lozanía de su rostro iba deteriorándose,
la comisura de sus labios iba transformándose , sus brazos iban tomando raras formas como de ala, su
cuerpo se iba encorvándose y ella seguía allí esperando la llegada del inca en
lo alto de la loma, refugiada en una oscura cueva que solo ella podía habitarla,
solo su padre el Curaca de QollaRumy era capaz de llevarle alimento que no consumía
ingiriendo solo agua del arroyo. El Curaca la consolaba diciendo en la pronta llegada cada vez del Inca, ella sentía
mucho dolor de sentirse muy frustrada, solo le quedaba esperar, no sabía cuánto,
pasaban los días, meses, años i se le hacían interminables los días deespera..
Cuando un buen día el ayllu QollaRumy se llenó
de júbilo, el Inca Supremo del Imperio Incaico, al que todos adoraban hacia su ingreso con diez mil guerreros los
que venían trotando sin parar, formando a cada lado del camino una interminable
hilera y en el camino del centro especialmente construido con tierra roja
compactada en forma de alfombra cuyo color era proveniente de los Andes. transitaba la litera y la comitiva del Inca .El Inca soberano a lo lejos era divisado
por el Curaca del pueblo que no
alcanzaba a distinguir muy bien por la enorme nube de polvo que
levantaba al trote del ejercito de guerreros
que en avanzada venían liberando el camino de cualquier obstáculo ;
cuando el Inca se encontraba cerca de la plaza principal a lo lejos donde se
encontraba Zenobia , se iluminó el cielo de una luz blanca intensa que fue
capaz de deslumbra todo el cielo y a la comitiva real y dentro de la cueva
salió una ave de un bello plumaje de
color blanco níveo con un pico de color primaveral y unos ojos vivaces y sobre la cabeza del ave lucía una pequeña
corona de oro finamente elaborado como
si fuera a ceñir la testa de una princesa y con un vuelo cadencioso y
grácil ante la atenta mirada del Inca y
su comitiva real se fue a posar sobre el brazo que había extendido el monarca y
con el ave en su brazo el Inca hizo su ingreso a la plaza principal , Zenobia
convertida en ave de color blanco hizo cumplir su sueño de ser poseída por el
Inca.
Comentarios
Publicar un comentario