CUENTO: MARIANA Y EL CONVENTO La Pluma Gris

MARIANA Y EL CONVENTO     La Pluma Gris

Erase una vez  un convento de monjas  situado en una comarca  muy lejana  y que se encontraba entre una bella campiña de flores y de prados, colindantes  con enormes montañas a su alrededor  donde solía vivir una bella joven  de aspecto fino y sutil y que por esos avatares del destino le tocó vivir dentro de un convento  de religiosas llamadas “Las Hermanitas Religiosas Consagradas  de la Divinidad” . Mariana  que así se llamaba  esta joven, se caracterizaba por su enorme religiosidad y amor al prójimo y era muy apreciada por todas las religiosas  del convento y en especial por la madre Superiora: Sor Consuelo Santander, que siempre  decía que Dios a las almas  desamparadas  siempre las protege.
 Después de transcurrido  muchos años, Mariana  se encontraba  en su lecho de agonía esperando los designios de Dios y la divina providencia. La madre Superiora recordaba  que ella había llevado muy dignamente su religiosidad  que se encontraba enraizado dentro de ella  y había encontrado muchas revelaciones  en su vida  que  había dedicado   a Cristo y a la virgen María . Ella la que mejor representaba al convento en materia de religiosidad; además de  las   labores manuales  de talleres que se profesaba dentro del convento y que Sor Virginia de los Dioses era la tutora con la  que mas  afinidad logró sostener, era  inmensamente feliz  cuando compartía esas horas  de manualidad,
Desde  muy joven la religiosidad de Mariana era inmensamente profunda y consagrada a Dios  sus plegarias  eran el néctar de su existencia  a la que dedicaba la mayor parte de su tiempo , la oración  la reconfortaba,  la mantenía viva en contacto permanente con su religiosidad, era la forma más sutil  de llegar a Dios todos los días  a cada instante en todo momento, sus ojos  solo se abrían  para mirar al cielo buscando la conexión divina, esperando la conversión de su alma , después los cerraba  para no dejar escapar las visiones que se le presentaban, en la que ella plenamente gozaba  en  su interior . La imagen de San Camilo  la transportaba en una santidad, se deleitaba con los pasajes  de la vida  de San Camilo, quería penetrarse en el  sentir que tenía el santo, se hacía suyo los sacrificios por los enfermos y acudía en ayuda inmediata, atendía con esmero y prodigaba rezos  intensos hasta que el mal cedía increíblemente  y venia el alivio del paciente. Su corazón entraba en catarsis cuando esto sucedía, quedaba exhausta hasta llegar al desvanecimiento, cuando lograba lo que parecía un milagro cosa que ella no lo aceptaba como tal, sino que más bien,  que  era escuchada   en sus intensas plegarias    por el santo San Camilo.  La orden de “Las Religiosas Hermanitas Consagradas de la Divinidad” eran puesto de manifiesto ante las ocurrencias de Mariana  a la que ya era bastante apreciada por que irradiaba una simpatía divina bajo  su vestimenta solo se dejaba ver su bello rostro juvenil de dulce mirada, su delicado cutis  de un color rosa pálido  casi marmóreo dejaba ver unos ojos  negros  que solo miraban al cielo,   en busca de lo divino , sus labios finos y delicados solo expresaban palabras de amor  hacia los enfermos que con solo mirarla  iban aliviando sus males; los rezos continuos de Mariana  eran un acto de fe que cada enfermo  debía pronunciar , algunos de ellos se mostraban sumisos, caían a los pies de Cristo con convicciones de arrepentimiento  de haber vivido  muchísimo tiempo sin la gracia de Dios.
 La madre Superiora  se preocupaba de que Mariana pasara mucho tiempo en el hospital  viendo a los enfermos sanándoles material y espiritualmente, había llegado a preocuparse de su salud si seguía en esa rutina  muchas veces sin probar alimento , lo único que la satisfacía grandemente   era que Mariana nunca faltaba al Ángelus  cuya meditación profunda se constituía en el acto más sublime que el espíritu humano puede encontrar, era para   ella   el éxtasis  de lo más bello, de lo mas  místico  que le creaba luego  un estado de postración con estertores movimientos de inclinación  y reverencia  para  luego extender los brazos  al cielo en señal   de elevación profunda; momentos en que la luz  de las velas  se extinguían  a su mínima expresión  y llenaban el lugar de una deliciosa penumbra  donde   las hermanas religiosas que se encontraban en el lugar inclinadas  en señal de veneración , no advertían que Mariana se elevaba  envuelta en un haz  de luz tenue pero azulada y que solo la madre Superiora  era capaz de advertir,  tal acontecimiento que duraba muy pocos instantes  y que Mariana no advertía tal fenómeno,  pero si sentía la presencia  del Ángel San Gabriel que se adentraba  en su ser con una acción mística  que la llenaba de dicha  y que sus plegarias servían de nexo  inevitable con la divinidad; transcurrido el Ángelus, Mariana regresaba a su celda  de meditación,  de rodillas  en el piso y ante un crucifijo de rustico material  que eran unas pequeñas ramas que  ella misma   había confeccionado con sus manos que  colgaba de la cabecera de su humilde camastro que le servía de descanso; se podían presenciar las toscas maderas de su base y unas mantas cubrían unas hojas secas que pugnaban ser un colchón  y que en ese ambiente comenzaba sus oraciones  sumamente prolongadas; permanecía muchas horas  en la celda  asignada en el convento , luego al día siguiente partiría al hospital  para ayudar a la cura de enfermos, por eso la madre Superiora le tenía mucho aprecio, pues decía que Mariana  pertenecía al Convento  desde que  tuvo un año de edad y que su madre la había dejado en la puerta del convento, desde esa vez la madre Superiora se hizo cargo de ella con cuidados de una madre dentro de aspectos de religiosidad, Mariana era una niña muy inteligente tan es así que se atrevía a enseñar el catecismo a niños de su edad y después a mucho más mayores que ella, su religiosidad era innata ; para la madre Superiora era la joya más preciada que tenía el convento , las autoridades del lugar también la conocían y le tenían mucho aprecio a ella y a las integrante del convento  no les hacían faltar la provisión de vituallas, jamás por la gran acción social que desempeñaban las monjas , el pueblo sentía gran  preferencia  por  pertenecer a ese claustro de religiosidad, muchas niñas y jóvenes del pueblo pugnaban por ingresar como postulantes a noviciado, pues la gran tarea de apoyar al hospital requerían de esas contribuciones.
Mariana de muy joven aprendió a hacer el contacto con Dios, mediante grandes sesiones de oración ,pero nunca  pudo hacer un noviciado por sus múltiples tareas que ejecutaba , solo se le permitía  tener un tocado que le cubría   la cabeza  y solo se dejaba ver el rostro  y un vestido holgado que le cubría hasta mas debajo de las rodillas, sus piernas lo cubrían unas medias blancas que terminaba en un calzado cerrado con amarras de pasadores con lo que eran de su completa comodidad al desplazarse muy rápidamente como era su costumbre. Desde su juventud se había dedicado a una vida de castidad, de complacencia espiritual con Dios con la que mas amaba  sobre todas las cosas, entregaba  su alma  a ello por los inacabables rezos  y oraciones que practicaba todos los días y a toda hora hasta llegar al paroxismo , quería llegar a tener el sufrimiento que tuvo la Virgen María , ante la pérdida de su hijo Jesús en la cruz pero no lo lograba en su alma, por  no lograrlo la perturbaba , quería sentirlo en el cuerpo , en su lecho de descanso quería sentir ese dolor, las hojas secas de su lecho no le bastaban  su piel tersa y fina mostraba signos  de tortura con moretones  causada por la dureza de  su lecho,  pero así seguía teniendo la energía suficiente para realizar sus tareas cotidianas  en el hospital.
Era esperada por los enfermos  que clamaban por  Mariana.  Ella les daba sus medicamentos que por cierto los aliviaban  inmediatamente , querían que ella les lavaran sus heridas por que de inmediato se cerraban , querían que ella vendara sus fracturas por que de inmediato se soldaban ; los doctores la apreciaban  bastante , querían llevársela a otro hospitales, a otras clínicas  pero ella se negaba , ella quería estar  cerca de los más pobres, de los demás desvalidos aliviándoles el dolor con la humildad con que lo hacía . Enfermos de todas partes de la ciudad acudían al hospital donde estaba Mariana , los médicos la conocían por su abnegación para atenderlos especialmente a los niños , ella decía que eran unos seres vulnerables  a cualquier enfermedad, ella los atendía en una sala especial donde se quedaba con ellos horas de horas , les cantaba    deliciosas canciones infantiles, que se sabía todas y aun las inventaba , los hacía participar  era una fiesta senatoria la que practicaba con ellos , algunos ya no necesitaban medicinas, solo cantar con ella sus males desaparecían y luego se iban a sus casas sanos , ella decía que los cantos  de los niños era una terapia  que Dios admitía  para sanarlos . no había enfermedad que se resistiese con el encanto de un niño cantando, el dolor era aliviado y Mariana se dedicaba a cantar con los niños.

  LA HORA DEL “ANGELUS”
La madre Superiora juntaba sus manos dando gracias a Dios al ver a Mariana dedicada a esos menesteres , la que  se pasaba muchas horas para luego desaparecer , todos la buscaban y no la hallaban era la hora del “ANGELUS” donde tenía que estar en el convento  para el rezo que era la máxima aspiración que ella tenia cada día , era la hora que mas esperaba , era la hora que su cuerpo fino y débil se fortalecía ,  con una energía casi divina que algún mortal pueda recibir , era para ella estar a un paso del cielo , era para ella encontrarse en un camino que la conducía a la gloria , llena de ángeles en cada lado de ese camino y a  ella le embargaba un fenómeno de transfiguración en un Ángel, con enormes alas  de divinidad a un paso de entablar contacto con Dios , se sentía sumamente pura de alma y cuerpo, su rostro se llenaba de lagrimas  de felicidad, ese cuadro de  alteración se volvía cada día durante el “ANGELUS “. La madre Superiora  llena de gozo y de incredulidad rezaba sin cesar, Dios estaba presente en ese convento, era iluminado por la gracia divina, iba al campanario y hacia tocar la campana en señal de que una divinidad las visitaba y todo el convento se alborotaba  lleno de emoción incontenible  y un halo de divinidad rodeaba los muros  del convento con una pequeña luz celeste a su alrededor. El pueblo se daba cuenta y caía de rodillas  con los brazos extendidos  en dirección al cielo  en señal de querer amar a Dios  y a la Virgen María  que estaban presentes  durante la hora del “ANGELUS” todo el pueblo se paralizaba para orar y despojarse de todo mal que solían tener los habitantes, desaparecían los odios , la venganzas, la envidia por que se sentían iluminados  por lo divino, poco a poco se iba  transformando en un pueblo modelo, honrado, se erradicaba la mentira  la desazón. Comenzaba la limpieza del alma inspirado en lo divino, las iglesias se llenaban de fieles todos querían estar cerca de Dios le pedían tantas cosas y Dios les otorgaba le pedían salud y los sanaba de todos sus males, le pedían trabajo, y el campo les era fértil, le pedían dinero, les daba abundante cosecha le pedían descanso y paz se llenaban los cementerios. le pedían sabiduría se abrían mas colegios y todos desde allí rezaban el “ANGELUS”  con verdadera devoción y con muchas oraciones.
Mariana sentía el aliento divino, la aproximación con Dios que todo mortal quisiera tener, pero ella estaba a un paso de conseguirlo, pero ella sentía que no lo merecía, se sentía llena de pecado, llena de culpa por lo que pasaba a los enfermos, a los niños  desvalidos, ella se sentía  llena de pecado por las injusticias, por el no-perdón  de las gentes, por eso derramaba lagrimas y a veces lagrimas de sangre. Durante sus sueños  se veía con un vestido blanco y unas enormes alas  y sentía que la llamaban desde el cielo  pero algo la retenía  de los pies , tenia que luchar inmensamente  por desprenderse de la ignominia  de los pueblos , soñaba que sus rezos deberían ser mas intensos y ella los vivía con gran entusiasmo, pero además derramaba muchas lagrimas en sus sueños que era enjugados con su larga cabellera  y  se sentía ungida con  bálsamos   con  exquisita fragancia  que solo Dios  le sabia prodigar, su corazón se aceleraba y luego entraba en un éxtasis  sublime. Se despertaba  como si hubiera recorrido miles de kilómetros para estar al lado de Dios y un llanto se apoderaba de ella en forma silenciosa  que lo invitaba a la meditación profunda  en su celda de reposo, allí recién se daba cuenta de su cercanía a Dios  y con la Virgen María  a quien dedicaba sus plegarias. .
Durante muchos años  Mariana permaneció  en el convento y en el hospital al que tanto amaba  y era querida por los enfermos hasta que poco a poco dejaba  de ir , pues su condición física comenzó a flaquear a pesar de que su ímpetu no decaía nunca , pero su rostro había cambiado bastante  acusaba  el paso de los años , su cabellera se había vuelto cano, sus manos ofrecían serias arrugas , su percepción auditiva había disminuido para los seres humanos , pero  no así para Dios  que seguía escuchándola con el alma  diariamente en  comunicación   constante. Cada vez más era  el tiempo que dejaba  de ir al hospital , permanecía en constante oración , su caminar era lento , pausado quizás por las dolencias  que la aquejaban  pero que ella se mantenía estoica ante los males que seguramente  la aquejaban  , su mirada  era fria,  penetrante solo buscando mirar al cielo , quizás para encontrarse con Dio, sus manos  solo sostenían  incansablemente  su rosario y las mantenía  juntas  en señal de oración constante, su permanecía de rodillas  en sus interminables sesiones de oración  se habían lesionado con insufribles llagas  en carne viva acusándole dolores profundos que ella sabia soportar; se alimentaba frugalmente y que era la preocupación de la madre Superiora ; los doctores la auscultaban constantemente  pero su organismo estaba sano, no le detectaban ninguna enfermedad como para medicinarla , su corazón latía perfectamente , sus pulmones lucían limpios y sanos, su estomago se había reducido  por su frugal alimentación , su mente estaba sana y lúcida porque permanecía solo pensando en Dios; su voz era débil, suave, pura diáfana acondicionada para hablar a su Dios en sus plegarias con la dulzura de sus oraciones  y su desmesurado amor.  Las demás religiosas del convento le decían Sor Mariana  de los Ángeles por que se habían dado cuenta que era un ángel que iluminaba el convento,
autor: Ernesto Castillo Tafur


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